¿En qué consiste la autopromoción?

Afrontar la construcción de una casa conlleva la necesidad de la figura de la empresa constructora, pero es necesario también la figura del promotor. En ese sentido, cuando la vivienda que queremos construir es la nuestra, hablamos de autopromoción. Seremos nosotros mismos, como propietarios de la futura casa los que asumiremos ese papel, lo cual da lugar a compartir responsabilidades entre constructora y autopromotor. Pero además, la hipotética financiación de la construcción se hará a través de una hipoteca de autopromoción, que presenta algunas variantes respecto a un crédito hipotecario al uso.

Hipotecas de autopromoción

Si bien ya hablamos en su día de este tipo de créditos en un artículo de nuestro blog, podemos hablar de tres grandes diferencias que existen entre los créditos de autopromotor y las hipotecas convencionales:

1. Tasación del proyecto, no de la casa en sí: al tratarse de un bien inmueble que aun está por construir, para evaluar la viabilidad del crédito los tasadores estudiarán el Proyecto de arquitecto una vez visado por el Colegio correspondiente, así como el valor del terreno donde se ejecutará la construcción.
2. Concesión de licencia previa: Si bien el estudio de viabilidad y el acuerdo para las condiciones del crédito se podrán negociar con anterioridad, la concesión efectiva del crédito no se llevará a cabo hasta que, una vez visado el proyecto y presentado en el ayuntamiento que corresponda, éste haya dado el visto bueno y haya concedido la Licencia de Obra.
3. Certificaciones de obra: al contrario de lo que sucede en una hipoteca convencional, la entidad bancaria correspondiente no nos facilitará el valor de tasación íntegro de una sola vez, sino que lo hará en distintas fases. Dichas fases son las conocidas como certificaciones de obra, que no son sino hitos en la construcción que son establecidos por el arquitecto y cuyo cumplimiento será evaluado por parte del tasador del banco cada vez que se llegue al mencionado hito. La certificación final se cumplirá cuando el arquitecto municipal del ayuntamiento conceda la licencia de primera ocupación.

Más allá de estas tres diferencias, las condiciones de la hipoteca de autopromoción son prácticamente idénticas a las hipotecas al uso. Eso sí, habrá entidades bancarias que directamente no trabajen con este tipo de producto.

Responsabilidades del autopromotor

Tal y como se ha comentado anteriormente, acometer la construcción de una vivienda propia da lugar a la asunción de ciertas responsabilidades. Así, cualquier incidencia que puede tener lugar será corresponsabilidad de la constructora así como del promotor. Esto significa que, como autopromotores, tendremos que delegar en la empresa elegida para la construcción una serie de cometidos que, evidentemente, no podremos asumir nosotros como simples propietarios o clientes. Es por ello que debemos asegurarnos que la empresa que lleve a cabo la construcción de nuestra vivienda cumpla con todas las exigencias legales, esto es:

• Tener a todos sus trabajadores dados de alta
• Disponer de un coordinador de seguridad
• Disponer de un plan de seguridad
• Tener al día todos los cursos de prevención de riesgos laborales
• Cumplir a rajatabla las medidas preventivas de seguridad
• Realizar correctamente la apertura de centro de trabajo
• Habilitar el libro de subcontratación

Si la empresa que elijamos no nos asegura estas condiciones entonces debemos tener claro que cualquier multa por incumplimiento, o cualquier consecuencia de un accidente en obra, será considerada legalmente responsabilidad de la constructora y del autopromotor a partes iguales. Es por ello que se debe desconfiar de empresas piratas o poco profesionales que no nos den la confianza necesaria para dejar en sus manos tamaño compromiso.