Construir en madera aporta una serie de ventajas que no sólo derivan de la rapidez de construcción y del gran aislamiento que se consigue al emplear un material que de por sí tiene una gran capacidad de rotura de puente térmico. Y es que la madera aporta una serie de beneficios para la salud gracias sobre todo a que se trata de un material natural que no resulta ni mucho menos agresivo con el ser humano. A continuación os presentamos algunas de las conclusiones a las que llegó un estudio realizado por el Instituto de Biomecánica de Valencia.
La madera como regulador natural de la temperatura
Ya hemos mencionado en muchas ocasiones la capacidad aislante de la madera merced a su baja conductividad térmica. Gracias a ella no absorbe el calor en verano ni el frío en invierno, lo que no sólo implica que respecto del exterior la vivienda permanezca aislada, sino que la temperatura que transmiten suelos, forjados y frisos es siempre más agradable. En ese sentido no se producen grandes diferencias de temperatura en las superficies que se pisan y se evitan así resfriados y se ayuda al desarrollo psicomotriz de los más pequeños.
La madera como aislante acústico
En Canexel siempre hablamos de cómo el aislamiento térmico va de la mano del acústico. Y es que el mismo material que sirve para romper el puente térmico es capaz de romper el acústico. Un ambiente sin ruidos es un ambiente saludable; se duerme mejor y se vive mejor. La madera reduce también las reverberaciones minimizando así la afectación de aquellas personas que sufran de jaquecas, migrañas, etc.
La madera como regulador de la humedad
Como ya hemos mencionado la madera es un material natural y como tal reacciona a las condiciones ambientales. Así el entorno influye en cómo se comporta la madera y la madera como material constructivo hace que ese entorno se regule de manera natural. Más allá de la temperatura y el sonido, la humedad es otro gran pilar en cuanto a confort y habitabilidad de una casa. En ese sentido, la madera ayuda a crear ambientes templados gracias a su capacidad de absorber la humedad en ambientes muy cargados y a liberarla en secos. Reduce así los ácaros y, por consiguiente, la probabilidad de que los habitantes de la vivienda sufran alergias o puedan parecer infecciones derivadas del ambiente.
Es, como decimos, la madera un material que el ser humano percibe como amigable. Está comprobado que los ambientes con tonos de madera ayudan a mantener estados de ánimo relajados y alejan la depresión al transmitir tranquilidad. Si a todo lo anterior le unimos su tacto agradable y la sensación de confort que de por sí aportan los colores de la madera, estamos hablando del material constructivo más saludable y natural que se puede emplear.