Jardines verticales, una alternativa diferente

jardin vertical

Si hace poco tratábamos el tema de los jardines desde la perspectiva de los jardines acuáticos ahora nos centramos en otro tipo de exteriorismo que casi nada tiene que ver con el mencionado: el jardín vertical. Una solución que hasta hace bien poco era poco menos que considerada una extravagancia pero que a día de hoy se emplea en todo tipo de exteriores, ya sea en casas unifamiliares como en grandes edificios de viviendas e incluso de oficinas. Se trata de una opción práctica, agradable y diferente que va mucho más allá de las tradicionales plantas trepadoras como la hiedra, los jazmines o la madreselva.

Ventajas de un jardín vertical

La principal característica que se puede destacar en este tipo de soluciones es la más evidente: el espacio que ocupan. Y es que su incidencia en la superficie de exterior es prácticamente nula, no así, evidentemente, en la correspondiente fachada de la casa donde se instala. En ese sentido, esa fachada ganará además en aislamiento natural tanto térmico como acústico. Por otro lado, más allá de la función de sustracción de CO2 y emisión de oxígeno común a cualquier espacio verde y del embellecimiento del entorno, los muros verdes mejoran la calidad del aire capturando las partículas suspendidas y, por tanto, el polvo. Esto hace que también se considere el jardín vertical una solución también aplicable en interiores.

Especificaciones de un jardín vertical

Como decíamos al principio, al hablar de un jardín vertical no nos referimos a una fachada por la que trepen enredaderas, sino a una manera de incorporar plantas que habitualmente se encontrarían en el suelo al plano vertical. La forma de conseguir esto es a través de dos láminas de componente fibroso que se fijarán a la pared o, de otra manera, instalando paneles de tierra en vertical especialmente preparados para ello.

Siempre habrá plantas que se adapten mejor a ciertos climas y lugares, algo que por supuesto se habrá de tener en cuenta, pero las especies más indicadas serán siempre aquellas que aporten frondosidad al conjunto sin sobrecargar la instalación, ya que al peso de las plantas hay que añadir el de la tierra y el agua a la hora de calcular y reforzar la estructura. Las plantas que cumplen estas condiciones suelen ser plantas que normalmente no suelen necesitar una alta exposición al Sol, por lo que es importante tener bien claro la orientación de la fachada donde se realizará el muro verde y no convendrá que sea la que se oriente al sur.

La relevancia del agua

Por otro lado, la importantica del sistema de riego se multiplica en este tipo de jardines. El uso de una manguera, por ejemplo, está totalmente desaconsejado ya que la presión del agua puede estropear la composición. Es importante por tanto realizar una instalación de riego automático que tenga en cuenta las precipitaciones naturales para así evitar sobrepasarse con la cantidad de agua. Como también es importante disponer de un buen sistema de drenaje que evite la formación de hongos e infecciones. La solución más habitual sule ser una bomba que recoja el agua sobrante y la reutilice en el sistema de regadío.

En el interior este tipo de jardín viene a seguir los mismos preceptos. La mayor diferencia es el tipo de plantas que se emplearán, que serán evidentemente plantas de interior. Por otro lado, será también necesario dedicar mayores esfuerzos a la elección de los sistemas de riego y drenaje, así como a la implementación de la estructura ya que el peso que debería instalarse en un jardín vertical de interior no será ni mucho menos igual al de uno de exterior. En cualquier caso, ya sea en interior o en exterior, un jardín vertical siempre será una solución diferente y agradable que aportará un toque especial a nuestra vivienda.

Fotos: Houzz

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