Pocas sensaciones pueden haber más gratificantes y relajantes que darse un baño con la sensación de encontrarse en una piscina sin fin. Estar remojándose en lo que parece casi eterno, casi parte de la esfera del mundo da lugar a una experiencia prácticamente mística en cada baño. Las piscinas infinitas, o infinity pools, buscan precisamente eso, crear una experiencia sensorial única, algo que sin duda consiguen.
La experiencia de bañarse en una piscina infinita
La característica principal de las infinity pools (o edge pools) es que se suelen encontrar en enclaves privilegiados y elevados que ofrecen unas vistas dignas de ser contempladas desde cualquier punto y en cualquier momento. Por eso, como la buena arquitectura, lo espectacular de estas piscinas no es la piscina en sí, sino cómo potencia el entorno. Las hay que miran a valles verdes o a paisajes montañosos, las hay también en azoteas de edificios desde los que se puede ver el skyline de la ciudad, pero si hay una imagen que viene a la mente al hablar de piscinas infinitas es la de la fusión con el horizonte a través del mar. Esa proyección del agua de la piscina con la del propio océano es la que mayor sensación de infinito genera, sólo así se percibe que nos encontramos bañándonos en un cuerpo de agua que se pierde en el horizonte y casi se fusiona con él.
Implicaciones técnicas de una infinity pool
La ejecución de este tipo de piscinas es, como no podía ser de otra manera, más complicada a nivel técnico que en la piscina convencional. Hay que tener en cuenta que las infinity pool se suelen construir en parcelas que cuentan con unas condiciones particulares. Hablamos de acantilados o, al menos, parcelas muy inclinadas. Ello implica que la estructura se deba reforzar en función de la composición del terreno y de la situación de la propia piscina en el terreno (si se asoma al ‘acantilado’ o si simplemente consigue generar la percepción de que lo hace). Por otro lado, a nivel hidráulico es necesaria una bomba que recupere el agua que se vierte en la cuenca de captura y la incorpore de nuevo a la piscina.
Ya muchos de los estanques de los grandes jardines del siglo XVII empleaban técnicas en su construcción que hacían que la percepción de continuidad y profundidad se extendiera hasta el infinito. Adaptando a la modernidad esos principios, hoy en día no resulta extraño encontrar hoteles en costas, montañas y ciudades que cuenten con una infinity pool. Como cada vez es más común encontrar en viviendas particulares este tipo de piscinas, siempre y cuando las vistas y la parcela ‘lo pidan’. A continuación ofrecemos una galería en la que podemos ver algunas de las más espectaculares piscinas infinitas del mundo.
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