Le Corbusier, el arquitecto de la modernidad

Le Corbusier Fachada

El llamado Movimiento Moderno o Estilo Internacional tiene como uno de sus más claros representantes al suizo Charles Édouard Jeanneret-Gris. Quizá por ese nombre poca gente reconozca de quien hablamos, pero si decimos que se trata de Le Corbusier, enseguida se iluminará la bombilla. No en vano se le puede considerar el padre de la arquitectura moderna.

Un arquitecto utópico

La obra de Le Corbusier comenzó a desarrollarse en el período de entreguerras, lo cual le llevó a amoldarse al espíritu de su tiempo y, en sus escritos, dejó constancia de su visión de la arquitectura como una herramienta para cambiar el mundo. Algo que reflejaría en los cinco puntos de la nueva arquitectura, su legado como ideólogo de la modernidad en el diseño de edificios.

Aunque la revolución que supuso para la arquitectura la obra de Le Corbusier se sustentó en las posibilidades que ofrecían las entonces nuevas tecnologías constructivas, basadas en el uso del hormigón armado, lo cierto es que todos los sistemas constructivos han incorporado sus propuestas y, lo que hoy se conoce como estilo moderno bebe directamente de las ideas y los diseños del suizo. Desde las casas de madera a los edificios con estructura de metal, en todas las soluciones se han tenido en cuenta las ideas de Le Corbusier.

Las casas como máquinas para vivir

La visión que tenía este gran arquitecto de la vivienda iba acorde con los tiempos en que transcurrió su vida. Con la eclosión de la industrialización y la gran apuesta por la funcionalidad en todos los campos, la arquitectura no podía ser menos. De esa idea surge la machine à habiter de Le Corbusier: la concepción de una vivienda como lugar bello en función de su practicidad y funcionalidad. Una idea que entronca con las principales bases del racionalismo arquitectónico.

El arquitecto diseñaba edificios de viviendas que se pudiesen construir en serie. Fue gracias a la técnica y las ideas visionarias del suizo que se produjo el desarrollo de la construcción de grandes edificios de viviendas y de oficinas. Fue su mano una de las primeras que desarrolló un concepto funcional que se entremezclase con la estética en el diseño de edificios.

Los cinco puntos de la nueva arquitectura

Como ya se ha mencionado más arriba, bajo este título se publico en 1926 un documento en el que Le Corbusier enumeraba los grandes ejes de su arquitectura en particular, y del conjunto de la arquitectura moderna en general. Tanto en grandes edificios como en viviendas unifamiliares, estos cinco puntos, unidos a su obsesión por ajustar el diseño de viviendas a la proporción áurea, conforman de manera representativa el legado del padre de la arquitectura moderna:

  • Los Pilares -o los pies-  de la casa: para Le Corbusier la planta baja de los edificios era el espacio para los vehículos, para el paso, incluso para los jardines. Defendía que la estructura se apoyase sobre unos pilares que la levantasen una planta para evitar así locales húmedos y fríos.
  • La planta libre: gracias a la innovación en los sistemas constructivos se pudo afrontar la posibilidad de construir plantas libres, sin muros portantes, donde cada piso difería en distribución y concepción del resto.
  • La fachada libre: se retrasan los pilares, por lo que la propia fachada queda liberada de la estructura, limitando su función a membrana de aislamiento. Esto supone una mayor versatilidad en lo que a diseños y juegos de fachada se refiere.
  • La ventana-fachada: derivada del punto anterior. El abandono de la fachada como parte de la estructura da la posibilidad de hacer tabiques exteriores totalmente acristalados.  Esto entronca con la obsesión de Le Corbusier por difuminar los límites entre el interior y el exterior.
  • La terraza o techo jardín: las cubiertas planas abrían una nueva posibilidad, daban un nuevo espacio para jugar, para fusionar la construcción con el entorno.

En definitiva, los edificios que hoy vemos, lo que hoy nos parece normal, en gran medida lo es debido a la influencia y al genio de un suizo. Un hombre llamado Charles Édouard Jeanneret-Gris, Le Corbusier.

 (Desde el 12/6 y hasta el 13/10 el CaixaForum Madrid acoge una exposición sobre este genio de la arquitectura)

Fuente fotografías: www.sinembargo.mx

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